Restricciones y creatividad. Al Correcaminos también le ponían normas

No, no, no estoy siendo metafórico. Lo descubrí hace poco, visitando el Museum of the moving image en Queens, lugar al que me desplacé buscando un McDowell’s, obviamente. Los dibujos animados, que alegraron la infancia de muchos, estaban sujetos a una serie de restricciones que su creador, el dibujante Chuck Jones de Warner Bros, se impuso. En concreto había 9 reglas que los personajes debían respetar siempre:

Normas del coyote y del Correcaminos

Sorprendente, increíble, apocalíptico (¡calla Iker!). Resulta que el famoso pajarraco, capaz de atravesar montañas por los trampantojos que el coyote le pintaba, se tenía que fastidiar y dejar de hacer cosas porque el sistema en el que estaba no lo permitía. ¡Qué atentado contra la creatividad!

En realidad para él no fue tan duro. Ni para su dibujante, vaya. Imponerse restricciones convertía al Correcaminos en una marca, reconocible no solo por su aspecto visual, si no por la forma en que las cosas sucedían. Mantener siempre esas normas fue beneficioso, porque permitía establecer un interesante diálogo entre lo que el espectador ya sabía y lo que los dibujos tenían para sorprender. Le obligaba a ser increíblemente perspicaz y no utilizar atajos.

De la misma manera, los diseñadores nos enfrentamos a una serie de normas que normalmente nos hacen retorcernos y hablar lenguas muertas. Entre los requisitos que ponen las marcas, las limitaciones de las empresas y las tecnologías, sentimos una mano que retuerce el cuello a nuestra musa y acabamos rompiendo la baraja (o tirando a la musa al río).

Podemos seguir pataleando, o podemos intentar sacar el oro que otros consiguen sacar de nuestro barro. Cada restricción puede ser en realidad un nuevo reto y si nosotros no somos capaces de verlo, otro lo hará. Los diseñadores somos, o debemos ser, solucionadores de acertijos y deberíamos alegrarnos de que se nos ponga a prueba. A veces las normas disparan nuestra creatividad.

Obviamente todo tiene un límite y en ocasiones nos encontramos en situaciones similares a la del vídeo de Show Comedy de El Experto. En esos casos respiremos profundamente y esperemos que al encargo le pase como al coyote en la regla número 8 y que la gravedad haga su trabajo.

BOLAS EXTRA
He encontrado varias versiones bastante hilarantes del coyote capturando al Correcaminos. ¡Que las disfrutéis!

Versión original de Chuck Jones
Versión inquietante que también parece original
Versión de Seth MacFarlene
Versión que alguien ha debido hacer usando el paint

Y aquí las normas de la foto traducidas para los de la España muy profunda y para Google:

  1. El Correcaminos no puede hacer daño al Coyote salvo que sea con su ‘beep-beep’.
  2. Ninguna fuerza exterior puede dañar al Coyote, solo su propia ineptitud o el fallo de los productos Acme.
  3. El Coyote podría detenerse en cualquier momento, si no fuera un fanático. (Repetid: «Un fanático es alguien que redobla su esfuerzo cuando olvida su objetivo
    2 – George Santayana).
  4. No hay diálogo nunca, excepto ‘beep-beep’.
  5. El Correcaminos debe estar en el camino, – de otra manera no se le podría llamar ‘Correcaminos’.
  6. Todas las acciones ocurrirán en el ambiente natural de los dos personajes, el desierto del suroeste estadounidense.
  7. Todos los materiales, herramientas, armas o aparatos mecánicos deben ser obtenidos de la corporación Acme.
  8. Siempre que sea posible, hay que hacer de la gravedad la peor enemiga del Coyote.
  9. El Coyote siempre será más humillado que herido por sus fracasos.
 

Jesús Martín Jiménez

Soy Jesús Martín, y fui el diseñador de Alexa en Francia, Italia y España tras su lanzamiento en esos países. Me enamoré de la tecnología y de sus recovecos hace ya varios años y lo que voy descubriendo lo cuento en esta página.

 

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