En mi incesante búsqueda de cosas nuevas, me personé en el Big Data Science Fighters organizado en Madrid por El arte de medir y Kschool.
Para el que desconozca el palabro, el Big Data consiste básicamente en usar ordenadores para depurar los volúmenes ingentes de datos que se generan continuamente para poder utilizarlos de mil maneras diversas (sacando patrones de uso, relaciones, predicciones…). Como bien contó Marcelo Soria «la vida es datos»: en las compras que haces con tu tarjeta, en las llamadas de teléfono, en cada vez que coges el autobús, cada vez que te conectas a internet, etc. Gobernar esos datos es la nueva cosa del momento.
Aunque asumo que salvo que me dedicase en exclusiva a ello durante los siguientes n años, nunca llegaré a ser un científico del dato (data scientist), conseguí sacar 5 conclusiones que me parecen interesantes.
1- El big data está pasando ya y hay empresas que están haciendo maravillas con ello. Como Soraya Paniagua comentó, el desarrollo tecnológico y cultural está multiplicando (y seguirá haciéndolo) los sensores que recogen impulsos físicos, psíquicos y biológicos. Cada vez es más sencillo y más barato generar esos sensores, utilizar los datos que recogen, sacar conclusiones y mejorar el servicio.
2- Es parte de la evolución tecnológica y las empresas que no se adapten serán devoradas por las que sí lo hacen. Netflix, Google, Facebook, Apple y miles de startup ya se sirven del Big Data. Cualquier empresa por grande que sea es susceptible de caer por otra más pequeña y que se adapte mejor a esta evolución tecnológica.
3- El big data puede ayudar a las empresas a centrar mucho el tiro. Podemos seguir trabajando a bulto, ofreciendo todo nuestro catálogo de productos a todo el universo de posibles clientes, o podemos ir a los que tienen más probabilidad de adquirir nuestros servicios, con el producto que necesita. Daniel Rodriguez nos habló de cómo su empresa pudo obtener más ingresos teniendo la mitad de clientes que la competencia. Suena bien, ¿no?
4- El big data es nuestro amigo y nos permite mejorar la experiencia de los clientes y llevarla a otro nivel. Como Josep Curto comentaba, podemos dar cariño al cliente. Hace poco asistí a un taller de Customer Experience y ahora he visto que la aplicación del Big Data es algo que puede ayudarnos a actuar antes de que el usuario sepa que nos va a necesitar. Las posibilidades son apasionantes y suenan a Ciencia Ficción, pero están pasando ya. Por ejemplo, Nest, no es más que un termostato (¡un termostato!) pero que es capaz de conocer tus rutinas y tener la temperatura de tu casa a la temperatura óptima cuando lo necesitas.
5- El big data asusta. El propio Josep nos contó como HSBC (su banco), le había llamado a su teléfono porque se mudó de casa (cosa que sabían por las compras de muebles en su tarjeta), para ofrecerle asesoramiento en compra de inmuebles, porque al ser un expatriado que llevaba un tiempo X en el país y ser la segunda casa que habitaba, tenía una alto porcentaje de posibilidad de querer instalarse. A mi me llaman con una historia similar y seguramente salgo corriendo al pueblo sin internet más remoto.
La jornada fue muy interesante y el evento todo un éxito. Si alguna vez vuelvo a nacer, igual me planteo elegir un perfil más técnico para poder aportar algo al maravilloso mundo que se abre. Por suerte para mi, ya hay empresas trabajando en lo que se viene denominando la democratización del Big Data, como IBM con Watson o como Sinfonier, porque como Jaime Requejo de IBM comentó: a veces no necesitamos saber lo que la tecnología está haciendo por detrás para poder sacar partido de ella.
Prometo trastear con todo esto y preguntarle a gente que sepa más, para ver si en el futuro esta revolución me pase más cerca, aunque sin llamadas raras, por favor.
Aprovecho para dejaros un vídeo de visualización de datos, campo que está aportando mucho para que el Big Data se popularice y en el que hay muchas cosas buenas (¡y muchas chapuzas!).